El tiempo se detiene en este lugar, donde el vino se convierte en armonía de olores y sabores.
En la tierra, a resguardo de los condicionantes climáticos adversos, poco a poco va apareciendo lo mejor de nuestros vinos, a oscuras y en silencio como algo mágico.
En la nave de crianza, es donde reposan las barricas de roble y se guarda todo el vino que esta embotellado, es el mejor sitio para que el producto se conserve en las mejores condiciones.
La temperatura estable y la humedad adecuada son factores claves para que esto ocurra.
El ánfora conserva siempre el aroma del primer vino que guardó